"Ir allí donde nadie quiere ir"

¡Bienvenidos hermanos a este blog! Con él os quiero informar poco a poco sobre la evolución del proyecto que se presentó al nuevo Provincial y sus consejeros en mayo del año 2011; así como diferentes proyectos que han surgido sobre este tema en la vida religiosa en los últimos años.

Os animo a participar activamente en un futuro desde la misión popular, la nueva evangelización y la itinerancia; y que este proyecto no sea sólo un proyecto sino una realidad.

Igualmente os animo a participar activamente en este proyecto, religiosos y seglares, o aportar vuestros comentarios, propuestas y deseos pues con vuestro aporte se enriquece dicho proyecto.

sábado, 18 de mayo de 2013

IMPOSICIÓN DE LA CRUZ A MISIONEROS EN ANTEQUERA




Queridos hermanos tod@s, paz y bien:

Mañana domingo 19, Pentecostés tendremos la ceremonia de envío de los futuros misioneros populares de nuestra parroquia de El Salvador. Después de un año de formación llega la hora del envío, os pido a todos los lectores una oración por nosotros. 
Que Dios Padre que empezó en nosotros esta obra buena la culminemos con abundantes frutos para gloria de su nombre.

Os dejo la ceremonia de envío para que también vosotros participéis de ello desde vuestros lugares.

Sin más un gran saludo y os mantendremos en contacto.

¡¡¡Gracias herman@s!!!



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CEREMONIA DE ENVIO
DE MISIONEROS
Parroquia del Salvador






19 de mayo de 2013, Pentecostés


RITOS INICIALES

Monición de entrada

            El día de Pentecostés, el Espíritu Santo de Dios, irrumpió con fuerza sobre los discípulos de Jesús, que estaban encerrados llenos de miedo y, los llenó de valor.

            El Espíritu de Jesús Resucitado sigue alentando a personas, para que de manera sencilla anuncien la Buena Noticia de la Salvación. Aquellos primeros seguidores de Jesucristo, eran personas del pueblo, llenos de limitaciones, como nosotros, tuvieron la experiencia de Jesús, se enamoraron de Él y, dieron testimonio de lo que habían visto y oído, hasta dar la vida.

            Hoy, un pequeño grupo de personas de nuestra parroquia, son enviados a evangelizar, a llevar el mensaje de la fe, a las personas de nuestro entorno. También ellos, tienen sus miedos y reparos, no saben con quienes se van a encontrar, no saben las caras que les van a poner o las puertas que no se van a abrir, pero aquí están.

            En esta celebración damos gracias a Dios que sigue suscitando personas dispuestas a anunciar de manera directa el Evangelio.

            Pedimos por la fe y la generosidad de estos hermanos y hermanas nuestras y encomendamos a ellos y  su labor misionera a la guía y protección de la Virgen María, Divina Pastora de las Almas, a los Apóstoles, a san Francisco de Asís, Beato Diego José de Cádiz y a todos los Santos, para que pongan en el Señor su confianza.

En la procesión de entrada entran junto a los ministros los que van a ser enviados que se sitúan en los primeros bancos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Presentación de los que van a ser enviados (Raúl)

Homilía

Bendición de los van a ser enviados y entrega de los crucifijos

Monición

            Invocamos la bendición de Dios sobre los que van a ser enviados. Después de recordar a la Virgen, a los Apóstoles y los Patronos de las Misiones pedimos que sean fieles colaboradores en la obra de la evangelización y la salvación de toda la humanidad.

Oración de bendición

Después de la homilía y la monición todos los que van a ser enviados se levantan.

 El celebrante dice:

            Pidamos, hermanos, a Dios, que en atención a los méritos de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y Reina del mundo, de los santos Apóstoles, fundamento de la Iglesia y de los santos Francisco y Clara y todos los santos, se digne otorgar a estos hermanos y hermanas que hoy enviamos, servidores de Cristo, que su amor aumente más y más y alcancen sabiduría y entendimiento, para saber escoger siempre lo mejor, que se mantengan fieles y sin tacha hasta el día que puedan presentar una abundante cosecha de buenas acciones gracias a Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

El celebrante, imponiendo conjuntamente las manos sobre ellos, dice:

            Te bendecimos y alabamos, oh Dios, porque, según el designio inefable de tu misericordia, enviaste a tu Hijo al mundo, para librar a los hombres, con la efusión de su sangre, de la cautividad del pecado, y llenarlos de los dones del Espíritu Santo. Él, después de haber vencido a la muerte, antes de subir a ti, Padre, envió a los apóstoles cómo dispensadores de su amor y su poder, para que anunciaran al mundo entero el Evangelio de la vida y purificaran a los creyentes con el baño del bautismo salvador.

            Te pedimos ahora, Señor, que dirijas tu mirada bondadosa sobre estos servidores tuyos que, fortalecidos por el signo de la cruz, enviamos como mensajeros de paz y bien. Con el poder de tu brazo, guía, Señor, sus pasos, fortalécelos con la fuerza de tu gracia, para que el cansancio no los venza.

            Que sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo para que sus oyentes presten oído al Evangelio. Dígnate, Padre, infundir en sus corazones el Espíritu Santo para que, hechos todo para todos, atraigan a muchos hacia ti, que te alaben sin cesar en la santa Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.


Monición

            La cruz que se les entrega ahora (Cristo de san Damián que hablo a san Francisco), es el signo del amor de Jesús por todos los hombres y de la misión para la que han sido escogidos, para llevar el mensaje de la fe a las personas de nuestra parroquia.

Entrega de la cruz

El celebrante:
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Todos los enviados
R/. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

 El celebrante:

Oremos

            Dios, Señor y Padre nuestro, Tú quisiste que tu Hijo Jesucristo, elevado sobre la Cruz, atrajese a todos hacia sí y diste fuerza a la Virgen Madre para que le acompañara fielmente, permaneciendo firme al pie de la Cruz. Tú infundiste tu amor y celo apasionado a san Francisco de Asís que a los pies del santo Cristo de San Damián se lanzó a la tarea de restaurar tu Iglesia.

            Bendice + estos crucifijos que entregamos a estos hermanos que van a ser enviados a anunciar  la fe. Que estos crucifijos sean signo de que Tú estás siempre con ellos hasta el fin del mundo siendo la fuente de su fe, esperanza, fortaleza, alegría, fidelidad y amor.

            Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R/. Amén

El celebrante rocía los crucifijos con agua bendita y pronuncia la fórmula de entrega de la cruz una sola vez para todos, diciendo en voz alta:

Recibid la cruz signo del amor de Cristo y de la misión para la que os ha elegido la parroquia.

 Los enviados responden todos a la vez:

Amén.

Y se acercan al celebrante para recibir la cruz. Fray Paco impone la cruz a Fray Raúl y éste a los enviados.


Ofrecimiento de los misioneros

Terminada la entrega de crucifijos recitan la oración de ofrecimiento:

          Padre Dios, te damos gracias por haber fundado en Jesucristo tu Iglesia santa y católica, "sacramento universal de salvación", y por querer reunir en ella a todos los hombres de todos los siglos, razas, lenguas y pueblos, hasta consumar  tu Reino y la comunidad feliz de los santos.

            Aquí nos tienes, Señor, dispuestos a la entrega generosa de nuestra persona, enviados por la comunidad cristiana del Salvador, para que tu Reino sea más conocido por las personas de nuestro entorno.

            Queremos  servir fraternalmente  a  todos  y  en  especial  a  los  más  pobres  y alejados de ti, pues en ellos has querido hacerte presente de modo singular.

       Danos, Señor, la fidelidad a tu llamada y a tu mensaje salvador, para que lo anunciemos constantemente con nuestras palabras y el testimonio de nuestras vidas.
            Que la Virgen Santa María, Madre de la Iglesia y todos los santos nos acompañen y ayuden en esta tarea. Amén


Oración de los fieles

El celebrante introduce la oración de los fieles con las siguientes palabras:

Presentemos ahora al Padre nuestra oración. Pidamos hoy especialmente que el Evangelio de Jesucristo fecunde nuestras vidas y llegue a todos los hombres. Oremos diciendo: Padre escúchanos.

-  Por el Papa Francisco y nuestro obispo Jesús, para que en la Eucaristía encuentren el modelo de su  acción pastoral universal, a favor de toda la Iglesia y de todos los hombres y pueblos, roguemos al Señor.

Por toda la Iglesia y los creyentes en Cristo, para que, siguiendo las huellas de san  Francisco de Asís, se animen a ser testigos del amor y de la salvación que viene por la Cruz, roguemos al Señor.

Por los que tienen responsabilidades en el gobierno de las naciones, para que promuevan la verdadera solidaridad con los más pobres, necesitados  y sufrientes y contribuyan a saciar su hambre de amor y su sed de justicia, roguemos al Señor.

-  Por la misión evangelizadora de la Iglesia, para que siempre esté movida por el  amor que Jesús nos manifiesta en la Cruz y nos ofrece en la Eucaristía, roguemos al Señor.

-  Por los misioneros de todo el mundo, para que encuentren en la Eucaristía la fuerza para seguir partiendo el pan de sus vidas en sus lugares de misión, roguemos al Señor.

Por nuestra parroquia a la que son enviados  estos  hermanos, para que experimenten la comunión con todos sus miembros los ayudemos con la oración y el agradecimiento, roguemos al Señor.

-   Por las vocaciones misioneras en todo estado de vida eclesial, por las misioneros capuchinos, para que sin miedo se consagren totalmente a Cristo y a la misión y hagan de sí mismos pan partido para la vida del mundo, roguemos al Señor.


El celebrante concluye:

Padre, escucha nuestras oraciones y llena el mundo con tu Espíritu, para que todos conozcan tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R./ Amén.

 LITURGIA EUCARÍSTICA

Durante el canto de ofertorio, llevan oportunamente al altar los trípticos, el pan, el vino y el agua para la celebración de la Misa.

Comunión

los que van a ser enviados suben al altar y comulgan bajo las dos especies


RITO DE CONCLUSIÓN

El celebrante, con las manos extendidas sobre los misioneros, los bendice, diciendo:

Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor, os haga mensajeros del Evangelio y testigos de su amor en el mundo.

R./ Amén.

Jesús, el Señor, que prometió a su Iglesia que estaría con ella hasta el fin del mundo, dirija vuestros pasos y confirme vuestras palabras.

R./ Amén.

El Espíritu del Señor esté sobre vosotros, para que, recorriendo los hogares de nuestra parroquia, podáis anunciar el Evangelio a los pobres y sanar los corazones desgarrados.

R./ Amén.

Y a todos vosotros que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

Todos: Amén.


Canto final a la Bienaventurada Virgen María.



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